miércoles, 3 de junio de 2009

DESASTRES DE TERREMOTOS







TERREMOTOS






Alrededor de 50 mil muertos y más de un millón de desplazados es la cifra de víctimas que hasta el momento se puede contabilizar luego del terremoto y maremoto que sacudió al sureste asiático, concretamente a Sumatra, Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, Malasia, India, Bangladesh y las Islas Maldivas el último fin de semana de diciembre.
El sismo alcanzó una intensidad de 9 grados en la escala de Richter, desatando una sucesión de maremotos con olas gigantes de hasta diez metros de altura (tsunamis) que inundaron miles de kilómetros de costas en siete países del sureste asiático, y convirtiéndose en uno de los más mortíferos de los últimos 100 años.
La pregunta que suele surgir en estos casos es: ¿Se hubiese podido prevenir este desastre natural, teniendo en cuenta que los países afectados se encuentran localizados en el llamado Cinturón de fuego del Pacífico (la región de más alta sismicidad del planeta)?
La respuesta de los expertos suele ser: prevenir y reducir los efectos dañinos, sí; predecir con certeza, no. A este respecto el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un país severamente castigado por los movimientos telúricos, señala que “los sismólogos actuales se encuentran trabajando sobre bases científicas, para lograr en un futuro la predicción de temblores de tierra; pero es conveniente saber que no ha podido lograrse aun una metodología confiable para precisar el lugar, la fecha y la magnitud de un terremoto”.
Los sismólogos mexicanos recuerdan que los científicos chinos lograron pronosticar exitosamente el temblor de Haicheng (magnitud 7.3 grados) del 4 de febrero de 1975 cuatro horas antes de su ocurrencia, basados en observaciones instrumentales y en el comportamiento anormal de los animales. El júbilo por este éxito fue apagado un año después, cuando otro terremoto, también en China, no pudo ser pronosticado, produciendo 655 mil víctimas. Estos resultados opuestos no indican que la predicción sea imposible, sino solamente que se requiere mayor información para poder llegar a establecer un método confiable de predicción.
Entre las posibles “señales fiables” para predecir con antelación la ocurrencia de un sismo se encuentran las deformaciones de la superficie del terreno (inclinaciones, expansiones, contracciones); variaciones en la sismicidad local promedio; cambios en las propiedades físicas de las rocas; cambios en la composición química del agua de los pozos y manantiales; y el comportamiento anormal de los animales (el pez-gato del Japón suele moverse de manera anómala antes de un terremoto).








Muchas veces se piensa que durante un terremoto la tierra se puede abrir y tragarse a la gente, los animales y los edificios. Esto no ocurre durante un evento sísmico pero, si se producen muchos daños y hasta la muerte. Es necesario conocer acerca de cómo se origina un
terremoto, dónde ocurre y cuáles serian sus consecuencias para poder mitigar los posibles efectos. ¿Qué es un terremoto? Es una sacudida repentina y violenta que se origina en la corteza o manto superior de la tierra. Hay dos tipos de terremotos: tectónicos y volcánicos. Cuando ha liberación súbita de energía acumulada por deformación de la tierra, decimos que ocurre un terremoto tectónico. Por otro lado, ocurre un terremoto volcánico si está asociado al movimiento de magma. El foco de un terremoto es el lugar donde se origina el movimiento y la liberación de energía al desplazarse las rocas a lo largo de una falla. El epicentro de un terremoto es el punto en la superficie de la tierra que se encuentra sobre el foco. La sismología es la ciencia que se encarga de estudiar los terremotos, las fuentes sísmicas y propagación de ondas a través de la tierra. ¿Dónde se originan los terremotos? Mayormente se originan a lo largo de los contactos que se dan entre las enormes placas rígidas que conforman la parte externa de la tierra. Estas placas pueden tener hasta 60 kilómetros de espesor y su movimiento es horizontal en relación de una con la otra. La profundidad de los sismos varía entre 1 y 160 kilómetros.Existen tres términos para describir el tamaño de un terremoto: Intensidad (MM): Esta medida se obtiene a partir de los efectos de la sacudida en estructuras y en la naturaleza de un sitio particular. La escala de intensidad que generalmente se utiliza es la de Mercalli Modificada que varia desde I (no sentido) hasta XII (destrucción total). La intensidad de un sismo varía con la distancia del foco y el tipo de subsuelo.





























































Los terremotos se producen cuando las tensiones acumuladas por la deformación de las capas de la Tierra se libera brúscamente. Se rompen las masas de rocas que estaban sometidas a fuerzas gigantescas, reordenándose los materiales y liberando enormes energías que hacen temblar la Tierra.. Sus focos de inicio (hipocentro) se localizan a diferentes profundidades, estando los más profundos hasta a 700 kilómetros. Son especialmente frecuentes cerca de los bordes de las placas tectónicas. Al año se producen alrededor de un millón de sismos, aunque la mayor parte de ellos son de tan pequeña intensidad que pasan desapercibidos.
Actúan de forma instantánea en un área extensa y las ondas sísmicas que provocan, especialmente las superficiales, causan formación de fallas, desprendimientos de tierra, aparición y desaparición de manantiales, daños en construcciones y muertes en las personas. Son muy difíciles de predecir y, en la actualidad, no hay sistemas eficaces para alertar a la población con tiempo de la inminencia de un sismo.
Intensidad y magnitud de los terremotos
Para poder describir la fuerza de un terremoto y los daños que produce se han confeccionado escalas que miden la intensidad y la magnitud de los sismos.
La intensidad es una medida subjetiva de los efectos de los sismos sobre los suelos, personas y estructuras hechas por el hombre. No usa instrumentos sino que se basa en las observaciones y sensaciones ocasionados por el terremoto. Es útil para describir el terremoto en zonas en las que no hay sismógrafos próximos y para comparar los terremotos antiguos. Hay más de 50 escalas distintas para medir la intensidad, pero las más conocidas son dos:
la Mercalli Modificada. Tiene 12 grados y es la más internacionalmente usada
la M.S.K. es la que se utiliza en la mayoría de los países europeos y es la oficial en España. Va del grado I al XII. La magnitud es una medida objetiva de la energía de un sismo hecha con sismógrafos. La escala más conocida y usada es la de Richter (1935) y mide el "logaritmo de la máxima amplitud de un sismograma registrado por un instrumento estándar, a una distancia de 100 kilómetros del epicentro". Posteriormente ha sufrido correcciones, pero la idea básica sigue siendo la misma. Como la escala es logarítmica el paso de una unidad a la siguiente supone multiplicar la energía por diez.
Este concepto permite clasificar a los terremotos en:

Terremotos grandes
M >= 7
Terremotos moderados
5 =< 3 ="<">


www.tecnun.es/asignaturas/ecologia/hipertexto/08RiesgN/110TerrTs.htm - 16k -




www.alertatierra.com/TerFotos.htm - 12k -














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